sábado, 10 de noviembre de 2007

Mi llegada a Noroeste, mi destino

Llegué acojonada, lo reconozco. Era la única de mi promoción que con mi especialidad iba a Noroeste destinada, así que no conocía a nadie allí, ni tenía a nadie que me acompañara al ir a presentarme a mis nuevos jefes.
Cuando llegamos todos los de la promoción de las distintas especialidades, todo el mundo nos miraba, se veía a la legua que eramos novatos, pero pocos hicieron algo para ayudarnos.
Llegué al parque de incendios y no tuve una acogida muy buena, me miraban como un bicho raro (tal vez fuera porque en la academia me rapé el pelo por culpa de un mando que insistía a todas horas en que no llevaba el recogido reglamentario de pelo, y para que dejara de darme la murga, opté por lo más drástico). Me sentí muy sola, y aún hay veces en las que me siento así, aunque ya os iré contando más adelante el por qué.
Después de la presentación y de explicarme muy por encima mi horario de trabajo ("tú no harás guardias, vendrás todas las mañanas de lunes a viernes") y de decirme que empezaba oficialmente de bombera el martes, me fui para casa. Muy confundida, y sin saber aún en qué consistía mi trabajo, porque de lo que se estudia en la teoría a la que se hace en la práctica hay mucha diferencia, y, lo peor, sin poder compartirlo con ningún compañero de promoción, me di cuenta de que iba a estar muy sola, y decidí ser fuerte y tirar para alante, sin dejarme pisar.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Mis 4 meses en la academia, el principio de todo

A pricipios de este año, después de haber pasado unas pruebas para entrar en el ejército, y de elegir de especialidad la única plaza de NBQ-CI (Nuclear, Biológico y Químico - Contra Incendios) de mi ciudad, tuve que irme a Norte, una ciudad a unos 500km de Noroeste, mi ciudad natal.
En Norte está la academia donde te "enseñan" a ser militar, como en la antigua mili (de hecho, allí siguen diciendo que estamos en la mili, aunque haga ya mucho tiempo que el ejército de convirtió en profesional).
La verdad que no tenía ni idea de dónde me estaba metiendo. Hay unos horarios muy estrictos, con prisas y carreras para ir a todos los lados, hasta para comer o cambiarte a "ropa de civil" para salir en el tiempo libre de por las tardes y de los fines de semana, pues dentro de la academia hay que ir siempre vestidos de uniforme. Todas estas actividades están aderezadas con guardias de cuartelero, imaginaria, servicio de cocina, etc. Y siempre alerta de saludar a todo el mundo con quien te cruzas, o atenerte al arresto o privación de salida de la unidad (PSU), bien por este motivo o por muchos otros.
Lo peor eran los fines de semana allí dentro. Si durante la semana el tiempo se pasaba volando, los días del fin de semana parecían no tener fin, pues te levantabas temprano y, aunque no había actividades programadas, no podías volver a la cama o hacer lo que quisieras, a no ser que te fueras a tu ciudad o a salieras por Norte, cosa que no siempre era posible, por las guardias de las que os hablaba antes.
Aún así, allí hice muchos amigos, ahora destinados en Norte, en Centro o incluso en varias de las Islas, con los que sigo en contacto. Fueron 4 meses muy duros, pero no lo cambiaría por nada del mundo, pues fue una experiencia muy positiva.

Me llamo Zith y soy bombera

Militar, pero bombera.Hija de bombero civil.Lo llevo en los genes.

No hago guardias de 24 horas, pero aguanto todas las mañanas la tensión de no saber cuándo va a sonar la alarma, cuando va a tocar salir a ponerse los trajes y subirse a los camiones sin saber qué vas a encontrarte cuando llegues. Mi trabajo consiste en rescatar a la tripulación que va en los aviones, apagando los motores y cortando el combustible de estas aeronaves;y, cómo no, en apagar fuegos.

Lo poco curtida que estoy en los fuegos y en las intervenciones es por las prácticas que realizamos, porque siempre hay que estar preparados. Supongo que todo bombero que se precie se curte en las intervenciones, pero no hay ni punto de comparación, aunque en la teoría estamos preparados, en la práctica estamos a años luz de cualquier bombero civil.

Mi lugar de trabajo es una base aérea no muy grande. Tiene sus ventajas, porque así podemos conocer todos los edificios, dependencias y aviones donde nos va a tocar actuar, pero también tiene sus desventajas, y es que aquí raras veces pasa algo.

Por las mañanas lo único que hacemos es alguna práctica, o revisar los extintores que hay en la base. El resto del tiempo lo pasamos en la sala, normalmente aburridos. Hay gente que juega a la PSP, otra que lee (en este grupo me encuentro yo), estudia, e incluso hace sudokus y pasatiempos. Tenemos nuestro ratito de deporte, pero sólo cuando no estemos de servicio o de rescate. No podemos encender la tele ni echarnos en la cama a descansar, como en algunos parques civiles, pues tenemos el régimen militar para todo.

Puestos en antecedentes, ahora a empezar desde el principio.