miércoles, 7 de noviembre de 2007

Mis 4 meses en la academia, el principio de todo

A pricipios de este año, después de haber pasado unas pruebas para entrar en el ejército, y de elegir de especialidad la única plaza de NBQ-CI (Nuclear, Biológico y Químico - Contra Incendios) de mi ciudad, tuve que irme a Norte, una ciudad a unos 500km de Noroeste, mi ciudad natal.
En Norte está la academia donde te "enseñan" a ser militar, como en la antigua mili (de hecho, allí siguen diciendo que estamos en la mili, aunque haga ya mucho tiempo que el ejército de convirtió en profesional).
La verdad que no tenía ni idea de dónde me estaba metiendo. Hay unos horarios muy estrictos, con prisas y carreras para ir a todos los lados, hasta para comer o cambiarte a "ropa de civil" para salir en el tiempo libre de por las tardes y de los fines de semana, pues dentro de la academia hay que ir siempre vestidos de uniforme. Todas estas actividades están aderezadas con guardias de cuartelero, imaginaria, servicio de cocina, etc. Y siempre alerta de saludar a todo el mundo con quien te cruzas, o atenerte al arresto o privación de salida de la unidad (PSU), bien por este motivo o por muchos otros.
Lo peor eran los fines de semana allí dentro. Si durante la semana el tiempo se pasaba volando, los días del fin de semana parecían no tener fin, pues te levantabas temprano y, aunque no había actividades programadas, no podías volver a la cama o hacer lo que quisieras, a no ser que te fueras a tu ciudad o a salieras por Norte, cosa que no siempre era posible, por las guardias de las que os hablaba antes.
Aún así, allí hice muchos amigos, ahora destinados en Norte, en Centro o incluso en varias de las Islas, con los que sigo en contacto. Fueron 4 meses muy duros, pero no lo cambiaría por nada del mundo, pues fue una experiencia muy positiva.

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